Les voy a contar mi experiencia de correr un Iron Man 70.3. Para esto, quise dividir en etapas el relato.
La decisión:
Todo esto parte a comienzos del año 2015 cuando para variar un poco, estaba buscando nuevos desafíos deportivos. Ya había nadado bastante en largas distancias en aguas abiertas y estaba entrenando para correr los 21k en el Maratón de Santiago. Antes de esto le comento a Andrés Barraza, quien era mi entrenador en los tiempo de running, si sería capaz de hacer Triatlón y correr el Iron Man de Pucón. “Obvio huevón”, esa fue la respuesta tajante. En ese momento decido que después del Medio maratón de Santiago partiría con mi preparación para Pucón.
La preparación:
Tenía que prepararme no tan solo para Pucón, sino que también a los Juegos Panamericanos Master de Natación, ante lo cual hasta julio tenía que mezclar bien los entrenamientos para no perjudicar ninguna de las dos preparaciones. Me costó bastante hacer esto porque mantener la mente concentrada en dos deportes distintos, triatlón y natación, a veces los entrenamientos no son muy compatibles, pero como soy yo dije “esta me la puedo”.
El resultado en el Panamericano no fue del todo bien como quería, pero da lo mismo. Me di gusto de nadar un Panamericano de natación, un check más para mi curriculum deportivo.
Después se venía el primer apretón en triatlón, el cual fue Puerto Velero en septiembre. Venía todo bien hasta que tres semanas antes de la competencia, en una carrera de 10k, me viene una contractura súper fuerte en el gemelo izquierdo, lo cual me tuvo complicado hasta el día de esa competencia.
En Puerto Velero el lugar precioso, pero con un circuito durísimo. Saqué adelante la tarea y terminé pero vino ahí la primera alerta; esto requiere más entrenamiento.
Luego de esto siguió con el Sprint de Rapel. Ahí me sentí mucho más cómodo en la carrera y dije “vamos por buen camino”. Pasaron dos meses hasta que vino la última competencia antes de Pucón. Era el Atriaman de Coquimbo con distancias no menor (1.6k natación + 60k ciclismo + 16k trote). A esa altura ya habíamos cambiado de entrenador, entrando otro gran amigo de coach. Sebastián “el Trichasole” Paniagua.
En Atriaman era primera vez que competía con una bici de triatlón, ya que antes lo había hecho con una de ruta. Resultado: excelente. Salí cuarto en mi categoría y con un resultado en la bicicleta y el trote excelente. Con esto dije que tenía el éxito en Pucón. “Vamos que se puede”.